domingo, 30 de enero de 2011

#10 Una semana...


"Aguanta Marta, solo queda una semana y serás libre"

miércoles, 19 de enero de 2011

#9 ¡Sigo viva! (aún...)

¡Si! No me ha pasado nada malo, no me han exiliado, ni me han encarcelado, secuestrado o similares.¡Sigo viva y al pie del cañón!
Sigo estando aquí, solo que un poco más nerviosa y agobiada.
Soy novata en esto de exámenes universitarios y realmente, es muy estresante.
No es que haya notado en mí un cambio grande en cuanto a la forma de estudiar (aunque me he hinchado a hacer resúmenes y composiciones de temas diversos), todo lo contrario, estudiar y esforzarme lo hago igual que antes, incluso un poco más, porque las asignaturas que por ahora curso me encantan y me motivan mucho a estudiarlas, pero como en todas las carreras, hay algunas más fáciles y otras más complicadas. Y no por el hecho de que me gusten voy a dejar de estudiarlas menos, o considerar que son mucho más asequibles.

Esta entrada es para intentar hacer un pequeño balance de estos ya casi primeros veinte días del año, comenzando como no, mencionando aquella maravillosa fiesta sesentera que fue un rotundo éxito y de la que guardo unos recuerdos maravillosos. Fue genial por muchos motivos, entre ellos la compañía y la música. La compañía, a decir nueva para mi y con la que me siento tan cómoda hizo que la playlist seleccionada se disfrutara mucho más, ya que si de por sí todas las canciones las conocía y me gustaban mucho, el hecho de compartirla con otras personas que compartían mi mismo agrado me hacía sentir muy feliz e integrada. Y eso no es algo que pase mucho, al menos de una forma sincera y no forzada.
Se bailó y se cantó mucho, se bebió y a penas se comió, a excepción del desayuno a la una y media de la tarde del día siguiente, claro está.

En lo que a mi respecta no me he propuesto nada especialmente importante para este año, pues casi nunca o nunca logro cumplirlos, tan solo espero que sea cuanto menos un año tan especial como el anterior ¡Y por ahora no me está decepcionando!

Para empezar los primeros días del año estuvieron protagonizados, como no, por los nervios previos y posteriores al Día de Reyes, el cuál siempre me ha parecido un día muy especial, a pesar de ir creciendo.
Este año además cobraba un carácter especial pues un nuevo Rey protagonizó escenas distintas y emocionantes. A ti, ya sabes que te lo digo siempre, y aun corriendo el riesgo de parecer pesada y repetitiva: gracias por regalarme momentos inolvidables y hacerme sonreír cada día. Te Quiero.

Y volvieron a empezar las clases, sin muchas ganas al principio pero concienciada en que lo mejor era asumirlo cuanto antes, despertar de la magia de la Navidad y ponerse a trabajar duro.

Siento, que esta entrada es a penas interesante para el que la lea, pero también tiene la intención de hacer saber que esta etapa bloggeril aburrida, sosa y sin a penas actividad se debe a que toda esa energía está centrada en mantener mi concentración en un punto óptimo, y en poder serenarse para poder compartir los pequeños ratitos de disfrute con los que más quiero y están cerca.

Momentos con los que más quiero como los de ayer, mi cumpleaños, cuya pequeña celebración familiar me llenó de fuerzas para seguir y pensar que esto son solo un par de semanas que todos estamos pasando.

Ayer hubo tarta, hubo bromas, felicitaciones, mensajes al móvil que no me dejaron dormir aunque me alegraron la noche y se agradecieron, hubo un almuerzo con mi mejor amiga, muchos besos, regalos, tus besos, tus sonrisas, estuvo presente tu magia (y no me refiero a las cartas) y estuvo presente una pequeña y linda cosa que yo siempre había deseado: una rosa.
Os puede parecer simple, pero siempre me había parecido un gesto muy romántico y bonito que alguien regalase flores a quien quería, y siempre había soñado con que alguien, un día me las regalase a mí. Y ese día llegó ayer, y creo que ni siquiera la expresión de mi cara supo expresar totalmente lo llena de felicidad que me sentí cuando te vi llegar a casa con esa preciosa rosa roja.
Es algo pequeño y que acabará marchitándose, pero la belleza de una flor, como la de un beso, es algo que no se olvida, que se disfruta en un momento y queda guardado para siempre dentro del cajón de los recuerdos. Ésta es la primera flor que perfumará mi memoria a partir de ahora.


Con diecinueve años ahora hay muchos planes por delante y muchos sueños aún por cumplir, muchos sitios a los que ir y mucho tiempo para contaros todo lo que vaya pasando.
Con esto, creo que me despido oficialmente hasta principios de Febrero, hasta que haya acabado los exámenes.

¡Mucha suerte y sed felices!