jueves, 26 de julio de 2012

#63 Sometimes, Forever...


A veces estoy muy callada, y parezco seria y preocupada.
A veces estoy triste sin ningún motivo.
A veces me enfado por cualquier tontería.
A veces no quiero ni besos ni cosquillas.
A veces sólo quiero estar sola.

Pero eso es sólo a veces...
El siempre es que te quiero.

martes, 10 de julio de 2012

#62 Convertirme en pez

Me cuesta hablar de la familia, y más ahora que me prometí a mi misma que iba a hablar mucho menos. Creo que es la parte de mi vida, de mi misma, más triste, y quizás la que más me ha enseñado, pero a veces ciertos momentos, ciertos recuerdos me acechan por la noche, bajo las sábanas, entre lágrimas, o paseando, viendo a alguna familia aparentemente tan feliz. Yo intento ignorar esos pensamientos, intentar, que con el tiempo, desaparezcan de mi memoria.

 La familia... duele.

 Yo que estoy tan interesada en las relaciones humanas, la psicología, la filosofía y los niños, se me llena la boca exaltando la importancia de la familia como pilar básico para el desarrollo normal.

Tuve una infancia muy feliz, y una adolescencia complicada, como todos. Se podría decir que he vivido una vida, hasta ahora, con normalidad. Pero una cosa es lo que pueda aparentar, y otra cosa muy distinta es como me he sentido en esos momentos. He tenido que madurar antes de tiempo, o quizás, de despertar.

El otro día, mi hermano, de 14 años, y yo, fuimos los dos solos a ver una película al cine. Nunca había hablado con mi hermano de nada verdaderamente importante, y sin embargo me encontré a mi misma, en unas escaleras, confiándole cosas que solo comparto con amigos muy íntimos y cercanos. Hablamos sobre mi, mis decisiones, sobre nuestros padres y el resto de la "familia", sobre sus miedos y sus recuerdos, sobre mi pareja actual y algunas aventuras. Fue un poco raro, porque se nos humedecieron los ojos de forma contenida al darnos cuenta de que ambos teníamos algo en común: malos y buenos recuerdos, que nos marcaron y nos marcaran de por vida, y ese miedo incontenible de ser consciente de todo.

 Al día siguiente, fuimos al pueblo de mis padres, en el que yo había pasado parte de mi infancia, para ver a mi abuelo de casi 85 años al que hacía más de dos años que no veía, por motivos que aquí no merecen su sitio. Tras una breve visita, sin mucho de qué hablar ni que decir, fuimos a visitar a mis tíos a su casa en el campo. Allí estaban los hijos de mi prima de cuatro y ocho años. Gracias a ellos encontré la excusa perfecta para dar una vuelta en bici con ellos por los alrededores cuando mi madre se puso a desenterrar recuerdos que debían ya estar más que muertos.

 Montada en la bici, paseando con los niños por las calles de la urbanización y saludando a las vacas, los caballos o los vecinos que nos encontrábamos me sentía un poquito más serena. Paramos a tomar un helado en una casa que vendía golosinas, y los críos empezaron a contarme cosas de sus primos o de lo que iban a hacer estas vacaciones. Yo les preguntaban y ellos a mí. Todo era fácil y sencillo.

 Lo cierto es que tengo muchas cosas que decir de mi familia, pero Internet no es el lugar idóneo para ello, ni yo tengo las fuerzas suficientes para escribirlas. Sólo me apetecía remarcar un aspecto de mí, que poca gente conoce y conocerá, sólo para que no juzguen antes de tiempo. Simplemente me apetecía, pues... quizás intentar ver que yo también tengo una familia, que por mucho que me quiera y se preocupe por mi, a veces, duele demasiado.


 "A veces me gustaría convertirme en pez. 
Olvidarlo todo a los tres segundos y seguir nadando tan feliz"


PD.:  Entiéndase que esta entrada no rompe el propósito de no hablar tanto sobre mi familia (¡que va viento en popa!). Es mi blog, mi cajón de desahogo y desvarío, de las confesiones a nadie.

lunes, 9 de julio de 2012

#61 Project London Vol. I

Bueno, como ya he mencionado en algunas entradas, en Agosto... ¡nos vamos a Londres!
Tras la decisión que tomamos Él y yo allá por Noviembre, siempre que queríamos escaparnos mentalmente a algún lugar nos íbamos a la orilla del río Támesis a pasear cogidos de la mano a ver un atardecer.

Londres ha sido una ilusión de Noviembre que se materializó rápidamente en el mes de Febrero. Digo rápidamente, porque la reserva del vuelo y del hotel en cuestión la hicimos en una semana. La única semana de descanso que hay entre un cuatrimestre y otro en la Universidad. Y ahora, que queda poco más de un mes para que pisemos tierras inglesas, es hora de empezar a contaros como ha sido todo el proceso del pre-viaje, y que podáis leer los últimos detalles antes de que nos embarquemos en la que es, ¡mi primera aventura fuera de España en solitario! (O casi...)

En siete días pasé de ser una total ignorante en cuestión de hoteles a convertirme en experta en webs de viajes, de opiniones de consumidores o de vuelos. Al principio comienzas con un simple "Hotel en Londres" en el buscador de Google, y luego ya, te vuelves más exigente. Primero comenzamos a buscar por las proximidades de la zona de la Estación Victoria, ya que algunos amigos y conocidos nos habían dicho que era la mejor zona en cuestión calidad-precio teniendo en cuenta un bajo presupuesto. Pero ya en Febrero, muchos hoteles estaban pillados, y los que no lo estaban dejaban mucho que desear. ¿Que cómo supimos estos? ¡Oh! Gracias a esas webs en las que la gente se dedica a comentar como de bueno o malo (sobretodo esto) les ha parecido tal o cual cosa. La verdad que muchas de la fotografías que aparecían en los apartados de los hoteles parecían sacadas de películas de terror. Por otro lado, en hoteles que parecían de buena calidad, algunas personas se quejaban de nimiedades como la comida, o las camas, pero a ver, no estás en tu casa, y todos sabemos que Reino Unido no es precisamente famoso por su gastronomía.

Buscando me llevé casi tres días, y al tercero acabé cansada, agobiada y frustrada. No encontraba nada a buen precio que mereciese la pena. Ya creía que todo lo que había estado ahorrando durante casi dos años no iba a ser suficiente para pasar unos días en Londres. Él me tomó el relevo, pero, o encontraba lo mismo que yo, o simplemente, no encontraba nada mejor.

Pero un día, mientras comía, mi madre me preguntó si no había consultado con la agencia de viajes por Internet, Muchoviaje. Lo cierto es que me sentí un poco tonta al no haber caído en esa opción, así que, por probar, puse los días en los que pensamos ir, y así, de casualidad ¡lo encontramos!.

Tuvimos suerte, porque tras encontrar el Hotel al que definitivamente iremos, ninguno nos parecía tan bueno como ese. El Hotel en cuestión no es muy típico, a decir verdad. No se si os sonará el Imperial College, pero es (copiado de Wikipedia) una prestigiosa universidad británica, especializada en la ciencia, la ingeniería, la medicina y los negocios. Regularmente emplazada entre las tres mejores universidades británicas junto con Cambridge y Oxford, el Imperial College fue nombrada 5ª mejor universidad del mundo por el ranking de THE - QS World University Rankings. Y vosotros diréis "¿bueno y qué? ¿qué tiene que ver esta Universidad con el Hotel del que nos estás hablando?" ¡Pues más de lo que imagináis! Porque me hospedo justamente ahí. ¿Y cómo? Pues sencillo: resulta que la residencia universitaria, durante los meses que van de Julio a Septiembre está abierta al público general en forma de Hotel de tres estrellas. Lo mejor de todo, es que el desayuno está incluido, y podremos disfrutar (si nos da tiempo) de muchas de sus instalaciones, como la piscina, el gimnasio o el spa. Está, además, justo al lado del Royal Albert Hall, muy cercano a Hyde Park, y al Museo de Historia Natual o al Museo de la Ciencia de Londres. Vamos... ¡incomparable!.Además, junto con el Hotel, pudimos reservar al mismo tiempo los vuelos. Aprovechamos, y pudimos comprobar, que por poco dinero adicional, podíamos volar con una buena aerolínea. Así que, nuestros vuelos correrán a cargo de Iberia (para llegar de Sevilla a Madrid), y de British Airways (para llegar de la capital española a la capital de Inglaterra y Reino Unido). Tuvimos en cuenta además el aeropuerto londinense, de los seis que tiene, que mejor acceso a la ciudad tenía, y por este motivo, nuestro avión aterrizará en el aeropuerto de Heathrow, el más cercano a la ciudad, y el único con estación de metro.

Lo cierto, es que a primera vista las condiciones del viaje son estupendas, al menos a nosotros nos lo parece: reserva de una twin room (es decir, una habitación con dos camas separadas; muy distinto a una double room, que es una habitación con una cama de matrimonio), con desayuno incluido, del 20 al 25 de Agosto, en un Hotel que es un edificio histórico, bien situado y bien comunicado, más vuelos de ida y vuelta con escala en Madrid en aerolíneas de calidad, todo, para dos personas... ¿Por cuánto? ¡Por menos de 900€!

En mi ilusa idea, pensaba que con 300€ tendría suficiente para reservar cinco noches de hotel y los vuelos de ida y vuelta, pero cuando te enfrentas a la realidad la cosa es bien distinta, y al fin y al cabo, sólo he tenido que aumentar unos 150€ de lo que tenía pensado (el tema del dinero va a ser muy recurrente cuando hablemos de Londres, porque aunque no me guste hablar de este tema, en cuestión de viajes, es importante).

Desde que reservamos en Febrero nos ha dado tiempo de pensar, planear y hacer muchas cosas relacionadas con el viaje, que os contaré en otra ocasión.


Aquí os dejo algunos enlaces que a mi me han resultado muy 
útiles en la búsqueda del hotel y de los vuelos, y que si a ti te
 pueden ayudar, pues ¡mejor que mejor!:



jueves, 5 de julio de 2012

#60 Tú, Verano

Primeras semanas de Verano geniales. Sólo quería dejarlo por escrito, inamovible.

Disfrutando de amigos y de Él. De los partidos de España y un poco de la familia. De tarrinas de helados gigantes en una ciudad azotada por la primera ola de calor veraniega. De paseos por la ciudad en la noche y cenas en la orilla del río con amigos. De silencios, comida italiana en un desván y frapuccinos helados. De paseos por el parque y comida china. De fotos con mi querida Diana y artistas callejeros. Del calor y la paz que trae el Verano.

La semana pasada, el cine fue protagonista, pudiendo disfrutar de una sesión de cine de Verano al aire libre, con música en directo a cargo de Dan Kaplan & Krooded Tree durante el visionado de 'Sunrise' (1927) de Murnau (si, el famoso director de cine mudo que dirigió la maravillosa y terrorífica película 'Nosferatu', de 1922). En otra ocasión, pude disfrutar en compañía de Él, en el pequeño, un poco destartalado y antiguo pero con encanto cine Avenida de la película 'La Délicatesse' en V.O.S.E.. La película me maravilló, no solo porque fuera cine francés (que es uno de mis favoritos), ni porque fuese en versión original (y pudiera deleitarme por los sonidos de ese idioma que yo tanto amo), ni tan siquiera porque actuase Audrey Tautou (querida Amélie), o fuese una "comedia" romántica (aunque se me escapó alguna que otra lagrimilla de emoción; yo soy así...), sino porque Él estaba a mi lado, cogiéndome de la mano en todo momento, acariciando mis dedos y apretando mi palma con la suya fuertemente.

Me gustan tus "de repente", tus fotos improvisadas, y las cosquillas hasta que no puedo respirar. Que duermas la siesta en mi regazo mientras acaricio tu pelo. Discutir por las tonalidades de amarillo de los coches o ir de un lado a otro planeando nuestro viaje a Londres. Jugar a los secuestros y perseguirte por la casa, y otras cosas... 


No es porque sea Verano, es porque estoy contigo.