lunes, 13 de agosto de 2012

#67 Project London Vol. II

Anoche se acabaron las Olimpiadas de Londres 2012, y hoy comienza la cuenta atrás para que yo esté en Londres. ¡Sólo queda una semana!

Si ya os comenté cómo comenzó la búsqueda del hotel y cómo realizamos la reserva, ya os he contado la parte más importante para realizar un viaje, sin embargo, lo peor es la espera, pero en esa espera hemos hecho algunas cosas y eso es lo que quiero contaros hoy: cómo he estado preparando el viaje todo este tiempo, y en especial, estos dos últimos meses.

Cómo soy una persona muy perfeccionista y me gusta planificar bien las cosas lo primero que quise hacer fue comprar un guía de viajes, de estas bonitas que venden en librerías, con fotos, mapas, sitios qué ver con su historia e información, horarios, consejos, sitios para comer y otras cosas. Él y yo dimos algún que otro paseo por el centro de la ciudad saltando de librería en librería y nos dimos cuenta que todas se parecen mucho, y que si queríamos una buena guía debíamos gastar bastante dinero. Así que hicimos otra cosa: hojeamos algunas guías por encima y vimos que sitios tenían en común la mayoría de ellas o aquellos que nos llamaban más la atención y tomamos nota. El paso siguiente fue crear un mapa interactivo en Google Maps con marcadores de distintos colores, que podéis ver aquí mismo. Así, con la lista que habíamos creado tras hojear varias guías y buscando en Internet creamos un mapa en el que situar las zonas de más interés y poder dividir cada día del viaje en zonas concretas para no perder mucho tiempo. Él y yo nos reunimos una tarde, y teniendo en cuenta el día y la hora de llegada, anotamos para cada día de la semana los posibles sitios a visitar y así evitar dudas.

Debo confesar que a partir de esa tarde casi me he encargado yo sola de lo demás. Él o ha estado en otro lugar o ha tenido que estudiar para los exámenes de Septiembre, así que yo me he encargado de redactar una guía personalizada para que nuestra estancia en Londres sea provechosa y podamos conocer a fondo la ciudad. Esa guía personalizada tiene como fuente base Internet, y en especial, ésta página web, si bien he tenido que consultar en las páginas oficiales de los Museos y otros sitios de interés información relevante como horarios, exposiciones o requisitos posibles. Se recogen las direcciones, las estaciones de metro indicadas para cada sitio, los horarios, algunos consejos que he encontrado y recomendaciones, así como los precios aproximados de algunas e indicaciones y notas importantes para nosotros en especial.

Los sitios planeados a visitar son, entre otros, Hyde Park, Royal Albert Hall, Kensington Palace, Notting Hill, Buckingham Palace, St. James’s Park, Big Ben (o Elizabeth Tower), Westminster Palace, Scotland Yard, British Museum, Forbidden Planet, Soho, Hamleys, Picadilly Circus, Leicester Square (Odeon, Tienda M&M’s, etc), China Town, Abadía de Westminster, Trafalgar Square, National Gallery, Covent Garden, Museo de Historia Natural, Portobello Road, Little Venice, Candem Town, Museo de la Ciencia, Museo de Historia Natural, Torre de Londres, Tower Bridge, Borough Market, Tate Modern Museum, The Globe, London Bridge, The Monument y La Catedral de San Pablo.

Seguro que no nos da tiempo de verlo todo y seguro que vemos otras cosas que no están aquí, nuestro deseo es empaparnos de la ciudad, ser londinenses durante cinco días, y poder disfrutar juntos Él y yo. Tengo muchísimas ganas de ver la ciudad, pero sobretodo, de estar a solas con Él una semana entera, lejos de todo y de todos, en una ciudad en la que nadie nos conoce, donde podemos hacer lo que nos plazca.

Junto con la elaboración de la guía, el hecho de que los tíos de Él hayan hecho un viaje por Reino Unido ayuda bastante en tres cosas: mapas, dinero y consejo. Gracias a ellos tenemos algunos mapas muy útiles que podremos utilizar, y puesto que aún les quedaban muchas libras, decidimos hacer el cambio de divisa de una forma más rápida y sin tener que pagar comisiones en el banco. Pero sobretodo, lo mejor de esta situación ha sido poder escuchar anécdotas, consejos y recomendaciones cercanas.

Además de esto, y aunque no es estrictamente necesario, pensábamos renovar el pasaporte, pero estando económicamente las cosas como están y sabiendo que cuesta dinero sacarte el pasaporte, descartamos la idea. Lo que si hemos hecho ha sido sacarnos la Tarjeta Sanitaria Europea, por si surge algún imprevisto poder contar con la asistencia británica sin necesidad de aportar un dinero extra. Aclaro, que si no sois contribuyentes directos de la Seguridad Social, la tarjeta está a nombre de a quien vosotros estéis asociados: padre, madre u otro tutor/a. Además, si ese contribuyente está en paro, no podréis optar a tener la tarjeta oficial, sino un sustitutorio, que es justo lo que me pasó a mi.

Y para terminar todo el papeleo, el bono de reserva del hotel debemos llevarlo impreso (aunque ya envié un correo al propio hotel asegurando la reserva) junto con el localizador y la información de los vuelos.

Junto con todo esto, he comenzado a hacer una lista de las cosas que debo llevarme, otras que debo comprar y anotar los regalos que me han pedido que traiga de allí, así como algunas anotaciones para no perdernos en la T4 de Madrid.

Lo cierto es que Él y yo estamos muy nerviosos y emocionados, y esperamos ansiosos que pasen estos siete días para poder estar allí por fin. ¡Qué ganas!

Aquí os dejo algunos enlaces que a mi me han resultado muy 
útiles para recopilar información relevante sobre Londres
y nuestro propio mapa personalizado!:

El mapa: http://goo.gl/maps/WRLLU

miércoles, 8 de agosto de 2012

#66 Gran cine de silencios

Hace unos días me fijé en que me estaba volviendo más callada, en que pensaba más las cosas antes de decirla, que escuchaba más y que en definitiva... a penas hablaba mucho. Ni con mi familia, ni con mi chico, ni con mis amigos. Me sentía extrañamente tranquila, como si estuviera viendo una película en la que sabes que debes guardar silencio porque los protagonistas no te escucharán. Así me sentía, en medio de una gran cine vacío viendo como todo pasaba en forma de película. Las personas que se encontraban ante mí hablaban, y yo a veces asentía o sólo lanzaba una mirada que intentaría suplir la carencia de palabras.

Hacía días que me veía muy callada. Respondía, y hacía preguntas cortas, pero no mucho más.

Pero ayer, en una terraza de Verano, mientras el calor de la noche de Agosto en Sevilla, rodeada de amigos, me desinhibí. Perdí todo eso que me mantenía callada, en mi sitio, de forma elegante y expectante, y me lancé a las risas, a hablar por los codos, a desvelar cosas que no tenía por qué desvelar, a confesar cosas que realmente no sentía, a discutir temas personales delante de todos. En definitiva, me pasé de payasa y acabé siendo una bocazas.

No me gusta. Si, en el momento me lo paso pipa, y me río muchísimo, pero no está bien ser tan bocazas. Ni si quiera a veces. Y lo peor es que un día de éstos puedo hacer daño a alguien que me importa mucho y sin darme cuenta si quiera.

Las palabras son como las balas, una vez que salen disparadas impactan y no hay marcha atrás, se te clavan y pueden hacer mucho daño.

Creo que estoy mejor en mi gran cine, expectante de lo que hacen y dicen los demás, si alguien quiere acompañarme, puedo compartir las palomitas.

domingo, 5 de agosto de 2012

#65 Momo y Cassie: la clave de la inmortalidad


"Pero lo que más le gustaba a Gigi era contarle cuentos sólo a Momo, cuando no escuchaba nadie más. Casi siempre eran cuentos que trataban de los propios Gigi y Momo. Y sólo estaban destinados a ellos dos y eran totalmente diferentes a los que Gigi contaba en otras ocasiones.

Una noche hermosa y cálida, los dos estaban sentados callados en los escalones de piedra. En el cielo brillaban ya las primeras estrellas y la luna se perfilaba, grande y plateada, sobre las siluetas negras de los pinos.

—¿Me cuentas un cuento? —pidió Momo.
—Está bien —dijo Gigi—. ¿De quién?
—De Momo y Girolamo, si puede ser —contestó Momo.
Gigi reflexionó un momento y preguntó:
—¿Y cómo ha de llamarse?
—Quizá… ¿el cuento del espejo mágico?
Gigi asintió, pensativo:
—Eso suena bien. Veamos qué pasa.

Puso un brazo alrededor de los hombros de Momo y comenzó:

«Érase una vez una hermosa princesa llamada Momo, que vestía de seda y terciopelo y vivía muy por encima del mundo, sobre la cima de una montaña, cubierta de nieve, en un castillo de cristal.
Tenía todo lo que se puede desear, no comía más que los manjares más finos y no bebía más que el vino más dulce. Dormía sobre almohadas de seda y se sentaba en sillas de marfil. Lo tenía todo, pero estaba completamente sola.

Todo lo que la rodeaba, la servidumbre, las camareras, gatos, perros y pájaros e incluso las flores, todo, no eran más que reflejos de un espejo.

Porque resulta que la princesa Momo tenía un espejo mágico grande, redondo y de la más pura plata. Lo enviaba cada día y cada noche por todo el mundo. Y el gran espejo flotaba sobre países y mares, sobre ciudades y campos. La gente que lo veía no se sorprendía, sino que decía: “Es la luna”

Y cada vez que el espejo volvía, ponía delante de la princesa todos los reflejos que había recogido durante su viaje. Los había bonitos y feos, interesantes y aburridos, según como salía. La princesa escogía los que le gustaban, mientras que los otros los tiraba simplemente a un arroyo. Y los reflejos liberados volvían a sus dueños, a través del agua, mucho más de prisa de lo que te imaginas. A eso se debe que veas tu propia imagen reflejada cuando te inclinas sobre un pozo o un charco de agua.

A todo esto he olvidado decir que la princesa Momo era inmortal. Porque nunca se había mirado a sí misma en el espejo mágico. Porque quien veía en él su propia imagen, se volvía, por ello, mortal. Eso lo sabía muy bien la princesa Momo, y por lo tanto no lo hacía. De ese modo vivía con todas sus imágenes, jugaba con ellas y estaba bastante contenta.

Pero un día, el espejo mágico le trajo una imagen que le interesó más que todas las otras. Era la imagen de un joven príncipe. Cuando lo hubo visto le entró tal nostalgia, que quería llegar hasta él como fuera. Pero, ¿cómo? No sabía dónde vivía, ni quién era, no sabía ni siquiera cómo se llamaba.

Como no encontraba otra solución, decidió mirarse por fin en el espejo. Porque pensaba: a lo mejor el espejo llevará mi imagen hasta el príncipe. Puede que mire casualmente hacia el cielo, cuando pase el espejo, y verá mi imagen. Acaso siga el camino del espejo y me encuentre aquí.

Así que se miró largamente en el espejo y lo envió por el mundo con su reflejo. Pero así, claro está, se había vuelto mortal.

En seguida oirás cómo sigue esta historia, pero primero he de hablarte del príncipe.

Este príncipe se llamaba Girolamo y vivía en un reino fabuloso. Todos los que vivían en él amaban y admiraban al príncipe. Un buen día, los ministros dijeron al príncipe: “Majestad, debéis casaros, porque así es como debe ser.”

El príncipe Girolamo no tenía nada que oponer, de modo que llegaron al palacio las más bellas señoritas del país, para que pudiera elegir a una. Todas se habían puesto lo más guapas posible, porque todas querían casarse con él.

Pero entre las muchachas también se había colado en el palacio un hada mala, que no tenía en las venas sangre roja y cálida, sino sangre verde y fría. Claro que eso no se le notaba, porque se había maquillado con mucho cuidado.

Cuando el príncipe entró en el gran salón dorado del trono, para hacer su elección, ella pronunció rápidamente un conjuro, de modo que Girolarno no vio a nadie más que a ella. Y además le pareció tan hermosa, que al momento le preguntó si quería ser su esposa.

—Con mucho gusto —dijo el hada mala—, pero pongo una condición.
—La cumpliré —respondió Girolamo, irreflexivo.
—Está bien —contestó el hada mala, y sonrió con tanta dulzura, que el desgraciado príncipe casi se marea—, durante un año no podrás mirar el flotante espejo de plata. Si lo haces, olvidarás al instante todo lo que es tuyo. Olvidarás lo que eres en realidad y tendrás que ir al país de Hoy, donde nadie te conoce, y allí vivirás como un pobre diablo. ¿Estás de acuerdo?
—Si no es más que eso —exclamó el príncipe Girolamo—, la condición es fácil.

¿Qué ha ocurrido mientras tanto con la princesa Momo?

Había esperado y esperado, pero el príncipe no había venido. Entonces decidió salir a buscarle ella misma. Devolvió la libertad a todas las imágenes que tenía a su alrededor. Entonces bajó, totalmente sola y en sus suaves zapatillas, desde su palacio de cristal, a través de las montañas nevadas, hacia el mundo. Recorrió todos los países, hasta que llegó al país de Hoy. A estas alturas sus zapatillas estaban gastadas y tenía que ir descalza. Pero el espejo mágico con su imagen seguía flotando por el cielo.

Una noche, el príncipe Girolamo estaba sentado en el tejado de su palacio dorado y jugaba a las damas con el hada de la sangre verde y fría. De repente cayó una gota diminuta sobre la mano del príncipe.

—Empieza a llover —dijo el hada de la sangre verde.
—No —contestó el príncipe—, no puede ser porque no hay ni una sola nube en el cielo.

Y miró hacia lo alto, directamente al gran espejo mágico, plateado, que flotaba allí arriba. Entonces vio la imagen de la princesa Momo y observó que lloraba y que una de sus lágrimas le había caído sobre la mano. En el mismo momento se dio cuenta de que el hada le había engañado, que no era hermosa y que en sus venas sólo tenía sangre verde y fría. Era a la princesa Momo a la que amaba en verdad.

—Acabas de romper tu promesa —dijo el hada verde, y su cara se crispó hasta parecer la de una serpiente— y ahora has de pagarlo.

Introdujo sus largos dedos verdes en el pecho de Girolamo, que se quedó sentado como paralizado, y le hizo un nudo en el corazón. En ese mismo instante olvidó que era el príncipe Girolamo. Salió de su palacio y de su reino como un ladrón furtivo. Caminó por todo el mundo, hasta que llegó al país de Hoy, donde vivió en adelante como un pobre inútil desconocido y se llamaba simplemente Gigi. Lo único que había llevado consigo era la imagen del espejo mágico que desde entonces quedó vacío.

Mientras tanto, los vestidos de seda y terciopelo de la princesa Momo se habían gastado. Ahora llevaba un chaquetón de hombre, viejo, demasiado grande, y una falda de remiendos de todos los colores. Y vivía en unas ruinas.

Aquí se encuentran un buen día. Pero la princesa Momo no reconoce al príncipe Girolamo, porque ahora es un pobre diablo. Tampoco Gigi reconoció a la princesa, porque ya no tenía ningún aspecto de princesa. Pero en la desgracia común, los dos se hicieron amigos y se consolaban mutuamente.

Una noche, cuando volvía a flotar en el cielo el espejo mágico, que ahora estaba vacío, Gigi sacó del bolsillo la imagen y se la enseñó a Momo. Estaba ya muy arrugada y desvaída, pero aún así, la princesa se dio cuenta en seguida que se trataba de su propia imagen. Y entonces también reconoció, bajo la máscara de pobre diablo, al príncipe Girolamo, al que siempre había buscado y por quien se había vuelto mortal. Y se lo contó todo.

Pero Gigi movió triste la cabeza y dijo:

—No puedo entender nada de lo que dices, porque tengo un nudo en el corazón y no puedo acordarme de nada.

Entonces, la princesa Momo metió la mano en su pecho y desató, con toda facilidad, el nudo que tenía en el corazón. Y, de repente, el príncipe Girolamo volvió a saber quién era. Tomó a la princesa de la mano y se fue con ella muy lejos, a su país.»

Una vez que Gigi hubo concluido, ambos callaron un ratito; después Momo preguntó:

—¿Y después han sido marido y mujer?
—Creo que sí —dijo Gigi—, más tarde.
—¿Y han muerto mientras tanto?
—No —dijo Gigi con decisión—. Eso lo sé exactamente. El espejo mágico sólo hacía a alguien mortal, cuando se miraba en él a solas. Pero si se miran dos, vuelven a ser inmortales. Y eso hicieron estos dos.
La luna se veía grande y plateada sobre los pinos negros y hacía brillar misteriosamente las viejas piedras de las ruinas. Momo y Gigi estaban sentados en silencio el uno al lado del otro y se miraron largamente en ella: sintieron con toda claridad que, durante ese instante, ambos eran inmortales."

Extracto del capítulo “Cuentos para muchos y cuentos para una” 
de Momo, por Michael Ende

"Se que estaba perfectamente
el viernes cuando desperte,
si acaso mas impacible que de costumbre

Cuando entré a la cocina
para prepararme algo de desayuno.
Ella estaba ahí bastante deprimida,
me dijo que habia estado en una fiesta
demasiado aburrida.

-No paré de bailar.

Me pregunté como habia empezado.
Los demas estaban tan sorprendidos
que se quedaron paralizados.

-Tengo que decirte algo- dijo pausadamente,
sus oscuros ojos se abrieron con la mirada perdida.

-Ese es tu problema- le dije.
-Por fin se lo que quiero ser.

Ella apartó la cara y le miró fijamente
sus ojos se aterraron,
estaba mirando hacia el techo con serenidad.
Tomo un solo sorbo de agua.

-Ser adulto es muy complicado.
No podia imaginarle cometiendo un error de calculo.
-No te creo
Ella no se lo creía.

¿Por qué te intereso tanto?

-Son inmortales- dijo calmadamente.
No es mas que un pastel."

Monólogo del personaje Cassie Ainsworth de la serie británica Skins.
Penúltimo capítulo de la segunda temporada.




miércoles, 1 de agosto de 2012

#64 Arena en los pies (o lo que pasó en Julio)

Julio se va... Siempre me parece uno de los meses más largo del año. Y eso no tiene por qué ser malo, al contrario. Creo que esa sensación viene de todas las cosas que hago en un solo mes. Es como los Viernes, que a veces me parecen tan largos que al día siguiente dudo si todo ocurrió en un día u dos.

Ha sido un buen mes. Ha habido buenos momentos, recuerdos y cambios.
El mes comenzó con nuestros típicos paseos por la ciudad y cenas de Él y yo, y pude ver a amigos, y despedir a otros para sus viajes veraniegos. Pasé una noche estupenda viendo a actuar a una amiga en un musical. He pasado unos estupendo días en la playa con Él y su familia. Pude disfrutar de una estupenda fiesta hawaiana con amigos. Los días de piscina y amigos se han repetido de forma natural y divertida.Y mi padre... ha encontrado trabajo. Es más, hoy ha sido su primer día. Esto es, quizás, lo que más ganas tenía de escribir en el blog desde que escribí en la entrada #34. La noticia se recibió en mi casa con profunda alegría y se dejó notar en el ambiente desde el primer momento. Estamos un poco más felices, y más tranquilos.

La situación del país es deprimente pero al menos mi familia respira un poco más aliviada. Han sido sólo cinco meses, en comparación con el gran número de familias que están en paro, y cuya cifra aumenta. Estos meses nos han enseñado a valorar las pequeñas y las grandes cosas. Lamento la situación que están pasando miles de familias de mi país, de mi comunidad, de mi provincia, de mi ciudad, de mi barrio. Mi padre ha encontrado trabajado, pero nosotros, el pueblo, seguimos sufriendo con cada decisión sin sentido de este gobierno que se ha elegido en una situación de estrés y miedo.

Cada vez veo más una realidad que una simple posibilidad el hecho de exiliar a otro país, donde al menos tener la esperanza de encontrar un trabajo bien remunerado, una sanidad digna y una educación bien estructurada en la que educar a unos futuros hijos en un ambiente de respeto, y no en uno de depresión y decisiones dictatoriales como éste.

Mientras tanto, intento vivir.

Quiero aprovechar para confesar que estoy bastante nerviosa a falta de tan sólo 20 días para estar en Londres. Seguro que la anoche anterior no pego ojo ¡porque ya sueño con las cosas qué haremos y veremos!.

Espero que os vaya bien el Verano, (y que no os haya matado de aburrimiento esta entrada tan sosa, sólo me apetecía escribir).

P.D.: ¡La foto que aparece en la entrada anterior va a participar en un concurso! Una amiga aficionada a la fotografía, y autora de la foto, la va a presentar a un pequeño concurso que pretende captar la esencia del Verano. Podéis entrar AQUÍ para que si queréis, le déis un "Me Gusta". Espero que tenga mucha suerte ¡y gane!