jueves, 4 de agosto de 2011

#26 De ignorancia, intolerancia y cosas que no sabíais de mí

Cuando sientes que eres distinto (como muchos otros humanos de este mundo, porque no es un sentimiento propio, sino muy común) intentas buscar cosas que te diferencien verdaderamente del resto. Algunos necesitan esforzarse mucho, muchísimo, por salir del rebaño, por trazar su propio camino y pensar de forma autónoma. Otros lo tienen más fácil, por que no se esfuerzan en ser diferentes, simple y realmente, ellos lo son en cada gesto, cada pensamiento y cada sueño que tienen. Son diferentes, pero no se esfuerzan por serlo. Yo, personalmente, me llevo mejor con este segundo grupo que con el primero. Pero con el grupo, o mejor, con los grupos (porque ya no se si hay solo uno o varios grupos distintos que intentan diferenciarse entre sí sin conseguirlo) que siempre, pero absolutamente todos los días de su existencia, hacen las mismas cosas que el resto y que por supuesto, piensan igual, es que simplemente no los aguanto. Puedo convivir con ellos durante un tiempo, pero muy limitado, y a penas hablo de nada, porque... ¿de qué hablaría? ¿de lo mismo de siempre?

Hay gente ignorante, que quiere remediar esta enfermedad y otros que viven felices en ella. Respeto ambas opciones, aunque sea más partidaria de la primera, pero cuando esa ignorancia se usa para dañar a personas que ciertamente no conocen realmente el respeto decidió marcharse hace tiempo.

Ultimamente me encuentro que en la mayoría de las redes sociales, los más aclamados, mencionados y seguidos por la masa son aquellas personas que crean la revolución (pero no la sana), el cotilleo sin sustancia, la provocación, los insultos gratuitos (aunque ninguno está pagado nunca), la creencia de la posesión de la verdad absoluta y sobretodo (y desgraciadamente), la ignorancia.

Hoy sin ir más duda, en una red social que frecuento demasiado a veces, como es Twitter, descubrí en uno de los tweets de uno de los chicos de mi TimeLine un link hacia un blog y una pequeña frase de su cosecha propia que me llamó mucho la atención por su parte de ironía, humor y alarma al mismo tiempo. Por su puesto, no diré el nombre de la chica, pues como ya os habréis dado cuenta, nunca menciono a nadie por su nombre propio en el blog. Es un privilegio demasiado grande como para jugar con ellos en Internet (ya me arriesgo mucho con algunas pequeñas fotos...).

Y no la nombraré porque además esta chica es un buen representante de toda esa gente ignorante que juzga sin conocer, sin informarse, o lo que es peor, informándose mal. Esta chica, y este incidente que quizás se ha agrandaod mucho en la red, me ha servido para escribir una entrada sobre algo que siempre he querido decir.

Siempre he contado con gente ignorante o temerosa a mi alrededor. Amigos, compañeros, profesores, familiares o desconocidos eventuales con los que todos nos cruzamos alguna vez (por error).

Y aunque me haya quejado de ellos de forma oral en pequeñas charlas de amigos o en casa, nunca he dicho nada aquí y hoy sencillamente, me apetecía hacerlo.

Tuve una época en la que sólo me vestía de negro, y que en el instituto era la "gótica" o la "punky". Que mi madre me miraba raro al ver mi ropa cuando salía de casa. Que mi padre a veces no se fiaba mucho. Que me encantan las frikadas, aunque sin excesos (mis frikadas). Que me encanta el cine de terror y que aunque ahora vista de colores, y esa época más oscura haya pasado, dentro de mí sigue estando toda esa estética y sentimientos. Porque me siento igual o más atraída por el movimiento gótico que antes incluso. Yo no soy gótica, pero me gusta el movimiento.

Quizás esto a mucha gente le sorprenda, porque mi apariencia y mi forma de ser pueden ser, para mucha gente, contraria a los estereotipos sociales. Ni los góticos son unos tristes, ni están obsesionados con los vampiros y por supuesto los gustos musicales de cada chico o de cada chica que se autoconsidere gótico son radicalmente distintos. A algunos puede gustarle más el heavy metal, el j-pop o el j-rock, el rock clásico, el folk, el punk, incluso la música electro o el rap. A algunos les gustan las novelas históricas, a otros las románticas o las de terror, las realistas, las sociales, o cualquier otro género literario. Ser gótico o no serlo es cuestión de un sentimiento, si bien es cierto que son reconocidos por unos gustos estándares, aunque no todos los cumplan.

Yo, que dejé mi época de salidas por los sitios de quedadas de las distintas tribus o grupos urbanos atrás, que mis ropas son más coloridas, que soy más coqueta, e incluso un poco más alegre y optimista que en aquellos 15 o 17 años, me sigo sintiendo gótica en muchos sentidos. En mis gustos artísticos, literarios, cinematográficos, musicales e intelectuales se ve en mi una tendencia a esa corriente urbana. Yo lo adapto a mi manero, lo personalizo, y por eso para mí es especial.

Hay dos acepciones distintas del término gótico: una de ellas la corriente cultural, sobretodo artística y arquitectónica que surgió en los últimos siglos de la Edad Media hasta la implantación del Renacimiento, y otra, bien distinta, referida al movmiento subcultural nacido en Reino Unido en la década de los años 80s,  y que como el movimiento hippie o el punk han tenido un fuerte impacto en la sociedad en múltiples y variados aspectos de ésta.

Pero como todo movimiento urbano con unas ideas distintas a las de la corriente anterior ha sufrido fuertes críticas (algunas merecidas, otras no) y también de ella se han conseguido grandes cosas.

En algunas personas, la exteriorización de las subculturas a las que pertenecen ayuda mucho a su expresión, y esta tendencia puede mantenerse durante toda la vida como otra forma de expresión. En otras en cambio, la exteriorización directa desaparece, aunque se mantenga el sentimiento, y para aquel tercer grupo que, como dije al principio, piensa igual que la gran masa, puede que se interesen durante un tiempo por determinado estilo o cultura, pero que éste sea un interés superficial y pasajero, pasando así a otro tipo de corriente que se encuentre de moda en ese momento.

Lo que si es cierto, es que todos, aunque a veces a algunos les entren dudas, venimos del mismo sitio, de las entrañas, y vamos a ir al mismo sitio, bajo tierra. (No quiero parece triste, es que es así.  A ver si ahora...)
Con esto solo digo, que todo el mundo puede criticar, que la crítica es constructiva, siempre que se haga con educación y sobretodo, con información fiable, porque la Wikipedia está muy bien, pero no es 100% fiable (¡ni mucho menos!).

Se otorga el honor de exegir respeto cuando se concede.
Y aunque esa chica haya hablado demasiado sobre cosas que no puede llegar a comprender, en Internet, como no,  se le está dando una importancia que no debería, llegando a insultarse entre sí personas que no se conocen.

Podría hacer una pequeña conclusión diciendo que si bien para erradicar la ignorancia en muchos aspectos aún queda un largo camino, no debemos tomarnos a la tremenda comentarios de gente que no te conoce. Los disgustos te los llevas tú, por una cosa absurda al fin y al cabo. Me sorprende mucho la rapidez con la que la llama de histeria generalizada se propaga por Internet. Me alarma y me preocupa pensar cómo nos ofendemos mucho más porque critiquen una cultura urbana que por otros sucesos de mayor relevancia mundial o nacional, o incuso local.

Nuestra jerarquía de prioridades se ha invertido, y nos vemos enfurecidos por nimiedades que quedarán en el olvido en unos pocos días, y obviamos problemas de importancia real.

El caos del mundo real se asemeja cada vez más al del cibernético y el multimedia.
Teníamos la oportunidad de hacer algo distinto y estamos repitiendo los mismos errores una y otra vez.

Es la primera o la segunda vez que me hago eco de sucesos en Internet. Creo que cada vez más tomo una especia de "conciencia bloggera" y tiene un sabor agridulce.

miércoles, 3 de agosto de 2011

#25 In your bag


He visto en muchas redes sociales y sitios en los que la gente comparte fotografías, ya sea Facebook, Tumblr, DeviantArt o Wehearit muchas fotos así como esta que yo misma he hecho. No soy de copiar. Más que "no ser", no "me sale" hacer lo que todo el mundo hace de forma consciente. Pero lo de este tipo de fotos es distinto.

Soy muy curiosa, eso ya lo sabéis los que me léis y los que me conozcáis en persona mucho más. Y ver muchas de éstas fotos me hace imaginar cómo puede ser esa persona, qué considera ella importante en su día a día, qué le puede gustar más o menos, incluso su forma de ver las cosas. Yo que sé. ¡Por imaginar! :D

Así que dejo que imaginéis vosotros también acerca de las cosas que normalmente, casi siempre llevo en el bolso o esa mochila, que es la única que tengo para salir. Porque sí, incluso para la Universidad llevo un bolso grande para llevar los cuadernos y los libros. Soy de esas... (o de aquellas).