viernes, 1 de marzo de 2013

#81 Carta a Nadie

Hola: 
No se por donde empezar a escribir, pero hoy has vuelto a mi memoria. Y no sólo eso, sino que te has llevado por delante meses de aparente tranquilidad sin pensar en ti. A veces venías a mi cabeza, pero pasaba rápido. Ya no sentía punzadas en el corazón, y estaba tranquila. Todo parecía sereno, mucho más claro. Tenía claro que hicimos bien en separar nuestros caminos, pero ahora... todo se ha ido al traste. Tu recuerdo ha vuelto con fuerza, y no encuentro explicación. O quizás si. No lo se. Estoy hecha un lío. Contigo siempre estoy hecha un lío. 
 ¿Has visto alguna vez la película "Eternal Sunshine of the Spotless Mind"? ¿Si? Pues creo que a mi cabeza le ha pasado algo parecido a lo que le pasó a Clementine y Joel. Decidí borrarte de mi memoria. Sabía que no sería fácil, pero me hacías daño. Sin embargo, eso también conllevaba borrar todos los recuerdos bonitos. Todos esos recuerdos que siempre me he preocupado por que no se pierdan: mañanas, tardes y noches. Días, semanas, meses, años. Creo que me sometí a un tratamiento concienzudo de borrado de todo lo que me unía a ti. Te eliminé de todos sitios y borré tu número de móvil para no tener la tentación de ponerme en contacto contigo. Pase un tiempo ocultando las cosas que me regalaste. Esto duró poco tiempo, pues tus regalos luchaban por salir y al final quedaron a la vista, como siempre habían estado, así que los buenos recuerdos han sido imposibles de borrar. Tus fotos, las fotos que nos hicimos. Las guardo en una caja, con muchas más, y algunas están ocultas en mi habitación. Los buenos recuerdos han sido imposibles de borrar. Pero los malos, a penas los recuerdo. Y no se cómo sentirme por ello. ¿Crees que soy fría por no recordar el daño que te hice? Lo recuerdo, claro, pero hay otras cosas que me compensan eso, como recordar que también te hice feliz, que fuimos felices durante mucho más tiempo. ¿Crees que ya me he curado de cómo lo pasé yo? Pues si. Queda una cicatriz, pero a penas quema cuando se la toca. Realmente creo que has vuelto como un recuerdo invasor, que ha reactivado a todos los demás, y que ahora hace que venga a mi el interrogante de ¿Quiénes somos? No nos conocemos. Tú eres un desconocido para mi y yo lo soy para ti. Después de todo lo que hemos vivido y sentido, ahora, somos unos completos desconocidos el uno para el otro. Es raro. ¿No te pasa a ti? ¿Quién eres para mi? ¿Nadie? 
 No se a qué dirección enviar esta carta, no se a quien llegará o si entenderá el idioma en el que está escrita, pero hoy me puse delante de una chica, que es en parte un reflejo de mi misma, y de pie, frente a ella, nos escuchamos la una a la otra, para fundirnos en un abrazo. Contaba una historia parecida a la mía, a la que yo tuve un día. Ella también tenía sentimientos encontrados. Dos personas, distintas y parecidas al mismo tiempo, ella y yo, reflejadas la una en la otra, y con el deseo de que todo fuese distinto, o de quizás, poder empezar de nuevo ciertas cosas. Esta carta a Nadie la escribo para callar a mi cabeza, para poder seguir adelante, pensando en que quizás te pasó lo mismo. O a ti. O a ti también. Si esta carta la llega a leer realmente alguien, disculpe si el remitente no aparece, pero es mejor así.
Con Cariño.
La Niña de Gris.

Soy surrealista. Yo misma.
Hasta que no lo he escrito, no ha salido de mi cabeza.
Espero que dejen de amartillearme tantos pensamientos.
El día de hoy ha sido raro, pero bonito.
Gracias a La Niña de Rojo.
Cambio y Corto.

(Entrada publicada el 5 de Marzo de 2013 a las 21:44)

No hay comentarios:

Publicar un comentario