domingo, 2 de diciembre de 2012

#74 Los Parias del Pensamiento

A veces me pregunto si soy yo la que está equivocada o es el resto del mundo. Porque me parece a veces tan extraño que para mí ciertas cosas sean tan evidentes y para el resto de personas que me rodean no lo sean, que llego a cuestionarme si estoy loca por pensar en cosas que nadie más se para pensar, o porque yo veo con claridad ciertas cosas que el resto del mundo cuestiona. Sin embargo... ¿por qué tengo que  ser yo la que está equivocada? No por estar en desventaja respecto al número, la mayoría tiene que tener razón. Quizás funcione de un modo distinto, y quizás nadie comparta mis sentimientos y pensamientos, quizás todo el mundo considere que soy rara o que estoy loca, pero es que yo no concibo otra forma de ver el mundo.

Este fin de semana se han dado varias circunstancias en las que he podido comprobar cómo la mayoría de las personas me miran de una forma extraña cuando hablo de ciertas cosas que yo contemplo en mi día a día. Sin embargo, considero, que esas personas que opinan de forma totalmente contraria a cómo yo lo hago no han leído, no han vivido, y no sienten lo que yo siento. Quizás por eso siempre excuse sus opiniones o comportamientos alegando que son fruto de la ignorancia y del desconocimiento, y también de la falta de empatía.

El hecho de que muchas, muchísimas, más de las que yo creo, cuestionen la utilidad de la psicología, que menosprecien a la filosofía, y contemplar cómo cada vez son menos las personas que la estudian de forma universitaria, escuchar comentarios despectivos, burlones, respecto a lo que yo más amo en este mundo, a lo que mueve mis días, a algo que me da tanta felicidad, a veces hace que me sienta dolida. El desprecio que la sociedad muestra al pensamiento humano, infravalorándolo, me duele tanto cómo si me clavasen un puñal. Siento ganas de llorar cuando dicen no creer en que un ser humano que se ha pasado años estudiando, investigando, no puede ayudar a otro. Me duele que la gente no crea en la gente. Me duele que a las personas les asuste tanto pensar.

Sin embargo, escribiendo, pensando, razonando, me doy cuenta de que no, que no puedo ser yo la que esté equivocada, que no puedo dejar que gente ignorante que no se preocupa en pensar haga sembrar en mí la semilla de la duda. No consentiré que me arrastren a su vorágine de consumismo y superficialidad. Quizás quede recluída, siendo anciana, en una habitación llena de libros, y quizás sólo deje entrar a personas que se ganen el privilegio de conversar de forma auténtica.

Se que hay más gente como yo, y se que quizás no seamos muchos, y que nos sentimos solos, incomprendidos,  marginados, rechazados, infravalorados. Quizás nos hagan creer que estamos locos, pero yo les digo, a esas personas que son como yo, que no lo estamos.

Y a las personas que constantemente intentáis hacernos daño y reíros de nosotros, que no os molestáis si quiera en comprendernos, simplemente decir que no podréis con nosotros, que sois fruto de una sociedad sin rumbo, que os controla a su antojo, y que aunque intentéis hacernos daño día tras día, con comentarios inofensivos pero dolientes, sólo conseguís hacernos más fuertes y que nos aferremos más a nuestra supuesta locura.

Yo por mi parte, ya me cansé de vosotros, y no intentaré convenceros de que estáis equivocados, ni me preocuparé por vosotros cómo he hecho durante toda mi vida, os dejaré a merced de vuestro camino sin rumbo, de vuestra forma de hablar tan fuerte que no deja a vuestros pensamientos ser escuchados, os dejaré con vuestra soberbia, con vuestras creencias absurdas y con vuestro menosprecio a lo distinto, con vuestro miedo a la libertad auténtica, con vuestra soledad y vuestros monstruos. No dejaré que me menospreciéis. Creed en vuestra cómoda verdad, que yo creeré en la mía, aunque a vuestros ojos sea una demente.

Cuando desprecias a la Psicología, desprecias mis valores, aquello en lo que creo... me desprecias a mi, y no voy a consentir que nadie me desprecie por el hecho de amar algo intensamente.

"Somos los fantasmas de una sociedad inventada, somos la sal que os escuece, somos el Sol que os nubla la vista, el mosquito que os incomoda, y sin embargo, somos más libres, en nuestra locura, en nuestras ideas, en nuestras palabras, que vosotros, en vuestra montaña de oro y máscara"


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