miércoles, 15 de febrero de 2012

#42 Dime que me amas... a mediados de Febrero

Le ravissement de Psyché (Bouguereau, 1895)
A pesar de mis rarezas, mis sueños a veces (la mayoría de las veces) son tan mundanos y corrientes, tan simples y bellos como los de la mayoría de la gente. De pequeñita soñaba con ser una princesa, con ser veterinaria o médico, con tener un bebé, y un marido, una casita. Cuando vas creciendo, aprendes que hay ciertas cosas que algún día te gustaría vivir, como tu primer beso, tu primer amor, tu primera experiencia sexual, e incluso, cada 14 de Febrero me repetía a mi misma, que un día, alguien celebraría conmigo el Días de todos los Enamorados, que no estaría sola, viendo como las demás chicas eran colmadas de besos y de ramos de flores.

Cuando era una niña de primaria el día de San Valentín era muy divertido, la profesora nos enseñaba a hacer tarjetas y regalitos para dar a quien quisiéramos. En el Instituto, intercambiábamos cartas entre las amigas con corazones pintados con el chico que nos traía locas y alguna que otra confesión. En Bachillerato, muchas de esas amigas ya tenían a alguien con quien compartir ese día, y sus chicos venían a recogerlas a la salida con ramos de flores o pequeños regalos.

Siempre he sido muy enamoradiza, y casi siempre he tenido a alguien por el que suspirar, la verdad sea dicha. Al ser una chica tan emocional no es difícil de entender. Mi deseo de amar a alguien, y de ser amada siempre ha sido muy intenso, y en pocas ocasiones ha sido correspondido.

No he tenido muchas parejas, es más, se podría decir, que hasta la que es mi pareja actual, nunca he durado más de un mes con ningún chico, y el número de éstos puede contarse con los dedos de una mano (quitando algunos dedos). Aunque enamoradiza, siempre he sido muy independiente, y he tenido muy claro qué es lo que quiero hacer y con quien quiero estar. Me he arriesgado y me he equivocado muchas veces, pero he vivido alguna que otra experiencia memorable que quedará guardada en cada respiración profunda y acelerada.

Al pasar tantos años sola, sin una pareja estable, intentas convencerte de que el 14 de Febrero es un día tan normal como otro cualquiera, de que si quieres realmente a alguien debes demostrárselo durante todo el año (incluído bisiestos), de que es una fiesta puramente comercial y consumista, cuya finalidad es acabar con las pocas existencias que han quedado rezagadas de las rebajas de Enero. Pero sin embargo, paseas por la calle, y ves a chicas con ramos de flores, sonriendo fuertemente, y a chicos felices con un detalle de ellas. Es bonito. A pesar de la frialdad de esta festividad, San Valentín es un día mundial para decir 'Te Quiero'.

Quizás San Valentín sea una festividad igualmente odiada y amada en el mundo, pero lo cierto es que no deja indiferente a casi nadie. Los que la odian la mayoría de las veces sufren por amor, o simplemente están solteros, o quizás, aunque con parejas, nunca han concebido este día como algo especial. Los que la aman, ven en este día una oportunidad más para decir 'Te Quiero', pero de una forma especial y siendo consciente de que todo el Planeta celebra el amor, de que tienen la oportunidad de celebrar un sentimiento tan bello de manera mundial.

Me gusta San Valentín, no por esas "falsas parejas" que se aman un mes y al siguiente no pueden verse. No, y mil veces no. Ese tipo de parejas, ese tipo de personas, no celebran el amor como tal, sino el consumismo aderezado. A mi me gusta San Valentín por todas esas parejas que lo celebran alegrándose de forma especial ese día por compartir, ellos también, el sentimiento de amor hacia alguien. Es agradable ver a parejas abrazadas paseando por las calles de la ciudad siempre, pero en San Valentín ese detalle adquiere una tonalidad rosácea, cálida, especial. A mi me gusta San Valentín, porque gracias a este día, personas como mis padres, que a veces se dejan llevar demasiado por la monotonía pueden recordar, con una pequeña sorpresa, cuánto quieren a la otra persona. Gracias a este día, parejas que llevan años conviviendo juntas, y que se olvidan a menudo de decir lo que sienten por la otra persona, pueden enmendar su error y exacerbar dicho sentimiento, en un 'Te Quiero' que suena a 'Te Amo' y a 'Perdón'.

Al hilo de esto, quería aclarar algo que me enseñó mi profesor de Matemáticas en la secundaria. Él decía lo siguiente: "nunca olvidéis, pues va a ser muy importante en vuestras vidas, las diferencias entre el verbo querer y el verbo amar. Querer significa exigirlo todo. Amar significa entregarlo todo. Vosotros decidiréis qué queréis hacer en vuestra vida, si llenar vuestras vidas de exigencias a los demás, o de entrega".

Yo, elijo amar. Amo al que es ahora mi pareja. Le amo tanto que puedo renunciar a todos los 14 de Febrero de mi vida por él, ahora mismo. Siempre he deseado celebrar el 14 de Febrero con alguien que yo amase y que me amase, pero cuando por fin le encontré, entre sus gustos o deseos no estaba celebrar dicha festividad. Al ser una nimiedad, no le di mucha importancia, pues yo aún argumento que es una festividad fría y sin sentido, pero la niña que hay en mi interior aún sigue soñando con celebrar esta pequeña festividad.

Se que hubo en tiempo en que Él celebró esta fiesta, y esa afortunada chica, ahora le protege con cariño, y se marchó siendo amada y amando. Allá donde esté, quiero que sepa, que aunque es la primera vez que hablo de ella aquí, espero no se moleste, y le doy las gracias. Te guardo mucho cariño y respeto, aún no habiéndote conocido. Se que le amaste, y que una parte de Él te sigue amando como no podrá amar a nadie más. En plena adolescencia, este tipo de amor marca como el fuego. 

Sigo intentando convencerme de la poca importancia de esta fiesta, tal y como hacía cuando estaba sola, pero ahora, que no lo estoy, ya es el segundo año que siento que en este día, algo en mi corazón pega un salto. Yo le digo a la pequeña niña llorona que no tiene importancia, que es sólo un capricho, que es mucho más importante el resto de días, que ya hemos vivido muchos días felices, y que con surte, los seguiremos viviendo. Entonces la pequeña niña deja de saltar y dar patadas, se va a un rinconcito de su habitación, dentro de mi corazón, y gimotea. Yo sonrío, y mis recuerdos me arropan.

Quiéreme como si las horas, los días no existiesen, como si nos acabásemos de conocer y llevásemos toda la vida juntos. Quiéreme como nunca pude imaginar.
Bésame en Febrero y no pares hasta que llegue otra vez el Invierno.

1 comentario:

  1. Esto es una declaración de intenciones!!Muchacho, que esta niña quería aunque fuera una piruleta! :P

    Yo este año he tenido bombones, aunque si te digo la verdad ya no sé si ha sido por San Valentín o por el aniversario... a mí con estas cosas se me va mucho, porque nunca las celebramos tampoco jajaja

    ResponderEliminar