domingo, 19 de diciembre de 2010

#3 Ganas de que te digan guapa



¿Sabéis qué? Esta noche tengo ganas de sentirme guapa.

Sentirse guapa es cierto que es un pensamiento, un sentimiento personal. O te sientes guapa o no te sientes guapa. No soy una persona superficial en absoluto, no puedo serlo, pero esta noche, tengo la necesidad, el antojo o el capricho de sentirme guapa.

Nunca he sido una "niña bonita" que llame la atención especialmente por su belleza. Si por mi altura, siempre mi altura ha sido destacada y comentada como si fuera la cosa más sorprendente de la que yo no hubiera sido consciente jamás.

"Eres muy alta" ¿No? ¿En serio? Gracias por decírmelo, no podía vivir con la incertidumbre de saber ese dato que ignoraba completamente. Gracias, de verdad.

Ciertamente si, soy alta, pero no de una forma exagerada, si no de una forma en la que un 1'74 de altura lo es. Es decir, de una forma moderada, admisible en el rango de las grandes agencias de modelos, altura más que suficiente para trabajos físicos como policías y sin duda, para jugar al baloncesto. Pero, la altura y mi delgadez son quizás mis únicos requisitos para ganarme la vida como maniquí de ropa, mi total falta de deseo de patrullar las calles hacen casi imposible que me dedique a arrestar malhechores, y mi torpeza me hace ideal para ser la calentadora de banquillo profesional en un equipo de baloncesto (por decir algún deporte...).

Es cierto, soy muy torpe, hasta el punto de ir andando por la calle, sobre superficie totalmente lisa, libre de obstáculos y tropezar con mis propios pies. Torpe hasta evitar que cualquiera te lance algo porque sabes con certeza que, o lo dejarás caer, o lo cogerás de una forma ridícula.

No, no se me da bien jugar a nada que conlleve manejar instrumentos como balones o raquetas, y mucho menos si consiste en meter o colar la bola por un sitio determinado. Definitivamente, no.

Sin embargo, a pesar de todo esto, soy rápida y ligera. Peso poco, desde siempre he sido muy delgada, a pesar de que coma cantidades gigantescas de comida, picotee, y me encanten los dulces. Mi metabolismo y mis nervios natos lo queman absolutamente todo. Y esta delgadez, y mis largas piernas me hacen correr rápido y veloz. Es más, creo que las únicas pruebas físicas que adoraba en el instituto eran las de salto y velocidad, por poder sentirte la primera en carreras o competiciones o, al menos, igualando a los chicos.

Todo esto, hace que mi deporte favorito sea, como no, la natación (lo de correr no es bueno si andando me caigo, entiéndase). Libertad al más puro estilo acuático, volar en el agua, sin obstáculos, sin superficies delimitadas, sin nada que encestar ni que te haga daño, sin poder tropezar, solo nadar, rápido y veloz, hasta sentir tus pulmones llenarse de oxígeno hasta la última célula.

Siempre me encantó nadar. El agua me daba sensación de libertad y de control, de seguridad.

Además de ser delgada, otro aspecto a señalar es que aunque definida, no son muy exagerados mis contornos; pero eso, me gusta. Eso quizás me guste mucho, y no tenga ningún tipo de complejo que otras chicas si, soy consciente, podrían y pueden tener. Es mucho más cómodo y, a mi modo de ver, mucho más estilizado. Nada exagerado, sin llamar la atención.

Quizás por eso, por mi deseo ya antiguo de no llamar mucho la atención me sienta cómoda conmigo misma, con mi cuerpo, pero eso no quita que no sea consciente de los cánones de belleza y los ideales que se proponen a seguir.

Mi sonrisa ahora es bonita, al menos a mi me lo parece, pero no siempre fue así.
Oh no, para nada, yo tenía una boca bastante... equivocada, digámoslo así; pero gracias a la todopoderosa (y dolorosa) ortodoncia eso pudo arreglarse "fácil(y costosa)mente".

Mis ojos, como dije en la entrada anterior a pesar de lo invisible a los ojos de los demás, lo visible no tiene nada de malo: heredé los ojos de mi madre. A veces son marrones y otras verdes (verde pantano, según mi hermano). Me gustan, lo cierto es, que mis ojos, me gustan mucho.

Mis pies no son muy grandes, más bien pequeños para ser alta; mis manos me gustan, muchos dicen que tengo unos dedos largos y elegantes, manos de pianista. No me gusta mi nariz y tampoco mis orejas, pero convivimos bien (qué remedio...) y cada vez valoro más sus formas pensando que son solo mías, de nadie más, y que me hacen ser como soy y no otra persona.

El color de mi pelo es... castaño, muy fino y rebelde. Tan rebelde que cada mañana al despertar hace lo que quiere, es independiente y vive y crece de forma indomable y casi incontrolable a veces. Se rompe fácilmente, y a pesar de mis innumerables intentos por dejarlo largo ( a lo máximo que ha llegado es a la altura inferior del pecho) el pobre siempre necesita un corte sanador antes de seguir su crecimiento.

A veces he pensado en cambiarlo de color, por un tono rojizo oscuro, pero al igual que pienso esto ahora, cuando me miro en el espejo me resulta difícil imaginarme durante un largo periodo de tiempo con un color que se que no es el mío.

Es otra cosa que siempre he valorado: la naturalidad. Me gusta mucho ver a la gente con colores distintos en el cabello, tatuajes (algunos muy bellos) o piercings, pero se que eso, a la larga me haría sentir incómoda. Lo que soy es como soy, tal como soy y he ido creciendo y conformándome, de forma natural, como parte de mi propia evolución y crecimiento. Me gusta la naturalidad, en todas sus formas y muchos aspectos de mi vida.

No suelo llevar tacones (aunque a veces me guste), casi siempre voy en zapatillas deportivas y vaqueros. tengo varios vestidos, los cuáles me encanta lucir, y aunque me encanta "el mundo colorete", no me gustan los maquillajes exagerados ni estrambóticos.

Cuanto más natural y sencillo mejor, esa es mi máxima.

No presto mucha atención a los ideales, pues históricamente son muy cambiantes, y quizás son esos gustos cambiantes lo que me resulte tan divertido. Es impresionante la facilidad que tenemos los humanos de ver algo que nos horrorizaba en una época convertido en objeto de veneración en otra.

El caso es que siempre, a mi alrededor han habido chicas, más altas o más bajas, más delgadas o más rellenitas, más rubias o más morenas, con los ojos más claros o más oscuros, con la boca más perfecta o más graciosa, con un color de piel más bonito con las que nunca estaba yo en ese término medio que digas "si, es guapa".

Ni siquiera mi madre, y de esto creo que si siempre he sido consciente, ha sido muy dada a decirme guapa. Es raro, porque por lo que he visto siempre en otras madres (que en ocasiones no tenían hijas muy agraciadas) siempre han tratado a sus hijas como las más bellas princesas de un reino. Sin embargo la mía no. Quizás haya sido más prudente y evitar que me engañase a mí misma o que simplemente ella sea así, no lo se.

Si alguien, sobretodo si es un chico me dice guapa, reconozco que nunca, o casi nunca le creo. Me es muy difícil, la verdad. Es algo que no puedo evitar, directamente pienso que es mera cortesía (u otra cosa...).

Yo soy como soy.

Pero hoy, esta noche, necesitaba sentirme guapa, que me dijeran guapa aunque fuera solo por decirlo.

No me gusta hacerme fotos, verme en ellas, o no me gustaba, pero ahora, que casi estoy a punto de dejar los 18 atrás me doy cuenta, que en este año, en el que han pasado tantísimas cosas importantes me he dado cuenta de que tengo muy pocas fotografías de mí misma, y eso me ha hecho sentirme un poco triste y melancólica.

Siempre me ha gustado mucho hacer fotos, a todos y a lo que sea, pero no a mi; menos... esta noche, en la que necesitaba verme en una foto, decir "esa soy yo, y me gusta", creerme esa afirmación, así que, aunque he llegado cansada de una fiesta de cumpleaños (felicidades otra vez desde aquí Fran ^ ^), he encendido el ordenador y con la propia cámara web del mismo, me he hecho una foto, la que véis. ¿Y sabéis qué? Que me ha gustado lo que he visto. A mi, me ha gustado la foto.

Y quiero volver a hacerme fotos, salir en ellas, con mis amigos, mi familia, mis compañeros y con  todas esas personas que aún tengo que conocer.

O al menos... voy a intentarlo.

Quiero sentirme guapa, al menos, sentirme...

1 comentario:

  1. Me parece muy divertida la descripción que haces de tu físico y me puedo imaginar una mujer muy bella además de que la foto lo confirma; pero más allá de tu lindo rostro posees la sensibilidad de la mujer que captura a su alrededor lo bueno y lo menos bueno.Quizás en otro post acabes de enamorar a tus lectores describiéndote interiormente.

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